Observar los espantos del pasado con coraje: Con mis cuentos de curación…
El plan era de salvar mis ninas posteriormente. Aquí pinté mis ninas interiores. Son mis partes interiores que han Sido heridas por la violencio del abuso sexual. Ahora hicieron la experienco de ser “salvados” del Trauma. Así podían ser integradas en mi personalidad.
Así hizo las figuras de Fulna, la dragona de protección y de Kai. Kai ha Sido una parte de sombra. Esa parte me ha “traido” la misma pesadilla una y otra vez.
Cuando se cambiaron mis partes interiores yo podía finalmente expresar la rabia que durante todos los anos habia sentido solo hacia mi misma. Crei el Diabolo de rabia. El me ayudó a comprender que bajo mi rabia estaba una profunda tristeza de no haber recibido ayuda después del abuso sexual.
Me imaginaba Como era de actualmente “ser” la persona que soy sin las ombras del pasado. Comprendi que los sentimientos de verguenza y de culpabilidad que me habían accompanado casi toda mi vida no eran mías. Habian Sido transferridos a mi alma. También la desvaloración. Así creí la mujer de pluma. Eso era como una liberación para mi y el comienzo de ver mi feminidad positivamente.
Antes de encontrar mi verdadero “yo” tenía que dejar atrás todo que había consumido y presionado mi energía de vida. Por eso crei un mundo mágico: El Änderland (País del cambio). Y aunque aqui también había espantos y monstruos yo mantenía el Control absoluto sobre este mundo. Así ese mundo magico en mi libro colindaba con un mundo “real” en el que me había sentido entregada y rechazado muchos veces. El cuento de curación dentro de mi novela autobiografica tenía el mismo efecto que una pomada: Todavía se podían ver las cicatrices del padado. Pero no me parecían tan feas que yo les escondía.
Pese a mis cuentos de curación “Fulna” (la dama de Dragon rompe el cascaron y hace chaos en la vida de un Editor jefe) y “Renate o el viaje al Centro del Ser” tenía que reconocer que ya no logré a superar los grandes desafíos quotidianos. Continué a sufrir de que mi familia de hecho banalizaba el abuso sexual. Me hizo dano que mis colegas me rechazaban sutilmente. Ensenando y disciplinando mis alumnos me costó demasiada energía. Por eso busqué refugio otra vez en la clinica. Aquí la terapia en grupo resultó en confrontaciones imprevistas. Esas confrontaciones me daban conocimientos de como tratar agresiones en grupos en mi vida cotidiana.
Como el cervatillo Anuschka yo me someti a un entrenamiento de demarcación: Qué era mi parte en los conflictos y que era de los demás? Aprendí que si yo me concentraba en mis puntos de energía (del Tai Chi) la gente me dejaba más espacio en la calle.
Cuanto más mejor me podía conectar con mis partes interiores lo más facil era para mi de terminar relaciones unilaterales. En cuanto a mi familia logré a quedarme solo tanta tiempo que era bueno para mi. En liberandome de “relaciones enfermas” logré a encontrar más cumplimiento y satisfacción en mi vida. Mis cuentos de curación, mis mascotas, mis amigos y mis estancias en el monasterio budista me ayudaron en el camino.