Humildad y Prudencia
Para mí, prudencia es la capacidad de difenciar entre las cosas que puedo cambiar y estas que ni puedo influir. Anque sea muy díficil-las ultimas tengo que aceptar con humildad. En mi caso eso son mis dos abortos. Entretanto los veo como parte de mi vida. Sé ahora que hasta un cierto punto pudo influir mis embarazos: en tomando acido fólico y no bebiendo alcohol (ni fumar). Pero ya hay una cosa que es más “grande” que mi influcencia sobre el feto. Algunos lo llaman “el destino” para otros es “Diós” y otos lo llaman “el universo”. Sea como sea para cada uno individualmente – eso empieza en este punto invisible dónde todos mis esfuerzos no tienen ningún efecto. Era y todavía díficil para mi de aceptar que a partir de esa “frontera” invisible no hay nada más que puedo hacer para cambiar la situación. En las semanas después del aborto este sentimiento de haber perdido el control sobre mi vida me hizo sentir mucha agresión contra mi misma-hasta pensamientos de suicidarme. Hoy sé que actuando así yo quería obtener el control sobre la situación. Un control dubioso. Esos pensamientos me han asustado y por eso trato de aceptar cada día un poco más lo que no puedo cambiar con humildad. Me dio la permisión de sentir el luto sobre lo que he perdido. Esa experiencia me ha llenado con más humildad. Humildad que no soy omnipotente y humildad que la muerte es une parte de mi vida que no puedo “encerrar” fuera. Y ya todavía hay esperanza y consuelo como los he encontrado en mi perro de asistencia. Su alegría de vivir y su curiosidad forman parte de los pequeños milagros que me hacen ver la vida más positivamente. Esos son mis pensamientos que quería compartir con vosotros, queridos lectores.